Los cementerios son mucho más que “lugares de descanso eterno”. Son archivos al aire libre: historia, arte, emociones y memoria colectiva en el mismo sitio. Y cuando aprendes a mirarlos con calma, entiendes por qué el turismo de cementerios en España está creciendo tanto.
Lo digo claro: el turismo de cementerios en España no va de morbo. Va de patrimonio. De arquitectura, esculturas, símbolos, epitafios y vidas que, por algún motivo, aún tienen cosas que contarnos. En esta entrevista hablamos con Marta Sanmamed, autora del libro De tumba en tumba (Editorial Almuzara). Si quieres tener el libro a mano mientras lees, aquí tienes la página dedicada en nuestra web: De tumba en tumba.
Turismo de cementerios en España: qué es (y por qué no es morbo)
A veces el nombre lo estropea. “Turismo de cementerios” suena raro si lo imaginas como una excursión sin sensibilidad. Pero cuando lo entiendes como turismo cultural, cambia todo. En la entrevista, Marta insiste en una idea clave: los cementerios son lugares de rito y memoria, el punto donde lo individual y lo colectivo se tocan.
Por eso, cuando hablamos de turismo de cementerios en España, hablamos de visitar camposantos por su valor histórico y artístico. No es “ir a ver tumbas”, es aprender a leer un lugar: cómo se representaba el duelo, qué símbolos se repetían, qué estilos artísticos dominaban, qué historias quedaron enterradas… y cuáles se negaron a desaparecer.
Y sí, aparecen términos como “necroturismo” o “turismo oscuro”. Yo los uso con cuidado porque a veces suenan a espectáculo, pero bien entendidos son una etiqueta para lo mismo: patrimonio y memoria. Si quieres ver cómo se organiza esto a nivel europeo (y con un enfoque 100% cultural), puedes curiosear la European Cemeteries Route o la Association of Significant Cemeteries in Europe (ASCE). Cuando lo miras desde ahí, lo “raro” desaparece.
Cómo visitar un cementerio con respeto (sin molestar a nadie)
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Esto debería venir impreso en la entrada de cualquier cementerio histórico. Una cosa es que un lugar sea visitable y otra muy distinta es convertirlo en un parque temático. Si vas a hacer turismo de cementerios en España, hay una regla que lo resume todo: respeto.
Mi manual rápido (simple y efectivo): entra con un ritmo más calmado, evita invadir ceremonias, y si haces fotos, que sean de arquitectura o detalles artísticos (no de lápidas recientes ni de zonas con flores frescas). No cuesta nada y lo cambia todo. También ayuda recordar que hay gente que no está “de visita”: está recordando.
Además, muchas historias que salen en esta entrevista conectan con política, movimientos sociales, guerra y espionaje. Si eres de los que disfrutan cuando el misterio se cruza con la historia (de la que no sale en los folletos turísticos), te va a encajar mucho nuestra categoría de Historia y Conspiraciones.
Arte funerario y simbolismo: cómo “leer” una tumba sin ser experto
Aquí es donde Marta brilla: convertir algo que parece “solo estética” en un lenguaje. Un cementerio te habla con símbolos, y cuando te dan dos o tres claves, ya no vuelves a verlo igual.
Desde panteones monumentales hasta lápidas con símbolos enigmáticos, cada rincón cuenta una historia. Hay iconografía religiosa y laica, alegorías del paso del tiempo, esculturas de duelo, y epitafios que son auténtica antropología comprimida. Marta lo aterriza muy bien: no necesitas ser historiador del arte; necesitas mirar con curiosidad, como quien aprende a leer un alfabeto nuevo.
Y si te apetece ambientarte mientras lees (yo soy muy de eso), aquí tienes vuestra playlist de misterio y terror para entrar en mood: playlist de misterio y terror en Spotify.
Historias que descansan en los cementerios: cuando la realidad parece ficción
Lo más potente de una entrevista así es cuando aterriza en casos concretos. Porque ahí entiendes por qué el turismo de cementerios en España engancha: no es “un tema”, son historias humanas.
En lo que ya teníais escrito aparecen ejemplos que funcionan como gasolina narrativa. Uno es el del único enamorado enterrado de pie: solo con esa imagen ya te paras, porque no es “curiosidad” sin más, es un gesto simbólico que abre preguntas. Otro es Anita Delgado, la maharaní de Kapurthala, con esa mezcla irresistible de glamour, choque cultural y tragedia que parece escrita para una película.
También mencionáis a Antonio Camazón Valentí, espía español enterrado en Jaca, y lo conectáis con el descifrado de Enigma y el final de la Segunda Guerra Mundial. Es el tipo de historia que demuestra que un cementerio no es solo “final”, sino un cruce de biografías que han tocado el mundo. Y el caso de Clara Campoamor, ligada en vuestro texto al cementerio de Polloe, añade otra dimensión preciosa: visitar una tumba también puede ser un acto de memoria civil, casi una forma silenciosa de decir “esto importa”.
Y luego está Sad Hill (Burgos), el “cementerio” cinematográfico con miles de tumbas… sin restos humanos. Es perfecto para romper expectativas y recordar que, a veces, estos lugares también funcionan como símbolos culturales: escenarios donde se proyecta historia, mito o cine.
Para empezar sin agobios: una mini-ruta para tu primera vez
Si quieres iniciarte en el turismo de cementerios en España, lo mejor es hacerlo fácil. Yo propondría una ruta de contraste: una visita a un cementerio grande e histórico (el de tu ciudad, por ejemplo) y otra a uno pequeño (un cementerio rural o de barrio). En el grande vas a ver escala, estilos, panteones y nombres; en el pequeño vas a ver costumbre, cercanía y esa historia cotidiana que casi nunca se escribe.
Y para que la visita sea redonda, no intentes verlo todo. Ve a mirar tres cosas: (1) un símbolo que se repita, (2) un epitafio que te diga algo, (3) una escultura que te obligue a parar. Con eso ya sales con “lectura” y no solo con pasos.
Si además quieres llevarte una guía cultural narrada para seguir tirando del hilo, te dejo otra vez el enlace a nuestra página del libro (porque encaja como compañero de ruta): De tumba en tumba.
Conclusión
El turismo de cementerios en España no es una moda rara: es una forma de turismo cultural que te obliga a mirar más despacio. A entender símbolos. A conectar arte, historia y emoción en un mismo sitio. Y si encima lo haces de la mano de alguien como Marta Sanmamed —que no viene a vender humo, sino a darte contexto—, el cambio de mirada es casi automático.
En resumen: el turismo de cementerios en España no va de la muerte, va de entender la vida a través del arte, la historia y la memoria.
FAQs
¿Qué es el turismo de cementerios en España?
Una forma de turismo cultural centrada en visitar cementerios por su valor patrimonial (arte, arquitectura, historia, memoria), no por morbo.
¿Es lo mismo que necroturismo?
Se solapan, pero “necroturismo” se usa a menudo como término más “oscuro”. En la práctica, lo importante es el enfoque: respeto + contexto.
¿Se puede visitar cualquier cementerio en España?
Depende de horarios y normas. Y, sobre todo, del contexto: si hay duelo o ceremonia, se evita invadir.
¿Qué me llevo de una visita si no conozco a nadie enterrado allí?
Mucho: símbolos, estilos artísticos, historia local y cambios sociales. Y, sobre todo, una forma distinta de leer una ciudad.








