La expresión clanes homicidas sacude nuestra idea más íntima de seguridad. ¿Qué ocurre cuando el asesino no viene del exterior, sino que duerme bajo el mismo techo? En este episodio de Misterioso Universo en la Red hablamos con la criminóloga y socióloga Victoria Pascual, autora de Familias asesinas. Los casos más oscuros cometidos por clanes homicidas a la luz de la criminología, para comprender cómo una familia puede convertirse en una maquinaria de muerte.
Su enfoque va mucho más allá del morbo: nos ayuda a entender las dinámicas psicológicas, sociales y afectivas que se esconden detrás de estos clanes homicidas, y por qué a veces el peligro no viene de fuera, sino de quienes se sientan a la misma mesa. Este episodio forma parte de nuestra sección Crimen y Justicia, donde analizamos casos reales con la lupa de la criminología.
Clanes homicidas: más allá del monstruo aislado
Cuando pensamos en asesinatos, imaginamos a un agresor solitario, un “monstruo” fácilmente identificable. Pero los clanes homicidas rompen ese esquema. En muchos de los casos que analiza Victoria Pascual, no hay un solo culpable, sino un grupo familiar donde cada miembro tiene un rol: el que manda, el que ejecuta, el que calla, el que limpia y el que hace como si no viera nada.
En este episodio, Pascual nos propone un cambio de enfoque: mirar la familia no solo como espacio de protección, sino como un entorno donde también pueden arraigar el control, la violencia y la obediencia ciega. El resultado son historias en las que el hogar deja de ser refugio y se convierte en escenario del delito.
Cuando el amor se convierte en coartada
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¿Qué lleva a un clan familiar a matar? Una de las claves de los clanes homicidas es la manera en que se utilizan los lazos afectivos como cadenas invisibles. Victoria Pascual nos invita a cuestionar estructuras que, lejos de proteger, se transforman en cárceles de silencio, miedo y obediencia.
En algunos de estos clanes, la violencia se normaliza desde la infancia. No aparece de repente: se aprende, se justifica y, con el tiempo, se ejecuta. El crimen deja de ser un acto excepcional y pasa a formar parte de la rutina. El mensaje es claro: “Lo hacemos por la familia” se convierte en la coartada perfecta para justificar lo injustificable.
Padres que manipulan, hijos que ejecutan
Dentro de los clanes homicidas suele existir un reparto de roles muy marcado. Alguien diseña el plan y alguien lo lleva a cabo. No siempre coincide la mano que manda con la mano que mata. A veces, quien empuña el arma es la pieza más sustituible del engranaje, no la que tiene el verdadero poder.
En la entrevista, Pascual explica cómo el miedo, la dependencia económica y la necesidad de aprobación pueden empujar incluso a los hijos menores a participar en delitos graves. Criados en un entorno donde la violencia es “normal”, muchos de ellos crecen con la idea de que matar forma parte del lenguaje cotidiano de la familia.
La figura materna en los clanes homicidas: ¿protectora o inductora?
La imagen de la madre protectora también se tambalea cuando hablamos de clanes homicidas. En los casos que estudia Victoria Pascual aparecen madres que:
- Actúan como cómplices activas, participando en la planificación y ejecución.
- Instigan directamente a otros miembros de la familia para que maten.
- No cometen el crimen, pero lo permiten, lo encubren o miran hacia otro lado.
No son situaciones aisladas: es un patrón que se repite en diferentes geografías y culturas. La madre puede convertirse en una figura clave, ya sea como freno a la violencia o como combustible que la alimenta desde dentro.
Rituales, creencias y asesinatos simbólicos
En algunos clanes homicidas, el asesinato adquiere una dimensión ritual. No se mata solo por dinero, herencias o venganza, sino para cumplir una especie de mandato simbólico. El homicidio se convierte en pacto, en liturgia sangrienta.
Pascual menciona clanes como el de los Ruda, donde se mezclan símbolos satánicos, dinámicas de control absoluto y una visión casi mística del crimen. Los homicidios dejan de ser “solo” delitos y pasan a ejecutarse como parte de una ceremonia, con sus propias normas y justificaciones internas.
Cuando el crimen se convierte en negocio
No todos los clanes homicidas se mueven por creencias o rituales. A veces, la motivación es tan fría como el dinero. El caso del clan Bender, citado por Victoria Pascual, es un ejemplo brutal de cómo el asesinato puede convertirse en modelo de negocio.
En su posada de Kansas, los Bender recibían a viajeros que nunca volvían a ser vistos. Los asesinaban para robarles sus pertenencias. Sin emoción, sin conflicto moral, solo método. Sobre estas dinámicas, resulta especialmente interesante este reportaje de BBC Mundo sobre asesinatos familiares en América, donde se muestra cómo el crimen familiar puede adoptar incluso estructuras casi empresariales.
Crímenes de honor y códigos culturales
Hay otras formas de violencia donde los clanes homicidas creen estar actuando conforme a un código legítimo. Es el caso de los llamados “crímenes de honor”, como el de Banaz Mahmod, donde la víctima es asesinada por violar supuestamente las normas culturales o familiares.
Pascual subraya la necesidad de analizar estos homicidios con herramientas específicas, porque no se trata solo de violencia doméstica, sino de agresiones legitimadas por un entorno social que mira para otro lado o, directamente, las aprueba. Algo similar ocurre en casos como los descritos en este reportaje de El Mundo sobre clanes familiares y mujeres usadas como moneda de cambio, donde el crimen se integra en una lógica interna difícil de desmontar.
Silencios que matan
Los clanes homicidas no se sostienen solo con quienes matan, sino también con quienes callan. En muchas historias aparecen vecinos, amigos o parientes que sospechaban que algo ocurría, que vieron señales… y no hicieron nada.
Victoria Pascual no los deja fuera del análisis: su silencio también pesa. Puede que no participen en el asesinato, pero su inacción contribuye a que la violencia continúe. La pregunta incómoda es inevitable: ¿puede alguien considerarse inocente cuando decide no ver?
Herencias malditas: lo que dejan tras de sí los clanes homicidas
En Familias asesinas, Pascual no se limita a recopilar casos estremecedores de clanes homicidas; los analiza desde una perspectiva ética y psicológica. Nos obliga a mirar de frente un mal que no llega desde fuera, sino que se cultiva en casa, entre fotografías familiares, desayunos compartidos y promesas de amor eterno.
Las secuelas no terminan con la condena. Sobreviven en los hijos que intentan rehacer su vida, en los familiares que cargan con el estigma y en comunidades enteras que se preguntan cómo fue posible que todo ocurriera sin que nadie lo detuviera a tiempo.
Si quieres profundizar en la trayectoria profesional de Victoria Pascual, puedes visitar su ficha en el Colegio Profesional de la Criminología de Madrid, donde se recogen sus investigaciones, docencia y participación en medios especializados.
Escucha el episodio sobre clanes homicidas con Victoria Pascual
Si quieres profundizar en estos casos y entender mejor las claves de los clanes homicidas, te recomendamos escuchar el episodio completo de Misterioso Universo en la Red con Victoria Pascual. En la conversación desgranamos:
- Cómo se construyen los clanes homicidas dentro de una familia.
- Qué señales de alerta pueden indicar que la violencia se está normalizando en casa.
- Por qué es tan difícil romper con el silencio y pedir ayuda.
- Qué aporta la criminología a la hora de entender y prevenir este tipo de crímenes.
Dale al play en el reproductor del episodio y acompáñanos en este descenso al abismo de los clanes homicidas. Y si quieres ir un paso más allá, descubre el libro de Victoria Pascual en nuestra página dedicada a «Familias asesinas» y aprende a detectar las grietas por donde entra la oscuridad dentro del hogar.
Y si te apetece acompañar la escucha con una banda sonora a la altura, puedes hacerlo con nuestra selección musical en esta playlist de Spotify, perfecta para sumergirte todavía más en la atmósfera del caso.
