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Óscar Fábrega (Almería, 1976) es escritor, investigador y divulgador de misterios. Andaluz de nacimiento y ciudadano del mundo, se licenció en Humanidades y desde muy joven sintió una fuerte atracción por la historia, la filosofía, la antropología y, en general, por todo aquello que tiene que ver con las creencias, los mitos y las religiones. Esa base humanística es la que ha marcado su trayectoria posterior como autor y divulgador, siempre a medio camino entre el ensayo histórico, la reflexión filosófica y el análisis crítico del misterio.
Una de las señas de identidad de Óscar Fábrega es su enfoque crítico y escéptico. Le interesan los mismos temas que suelen alimentar las teorías más fantasiosas —templarios, herejes, Jesús histórico, cátaros, santos, reliquias, conspiraciones religiosas—, pero su objetivo no es reforzar mitos, sino ponerlos a prueba. A través de sus libros analiza el origen de esas historias, contrasta fuentes, revisa la documentación disponible y explica qué hay de verdad, qué hay de exageración y qué se ha ido construyendo con el tiempo a base de versiones interesadas.
En títulos como Prohibido excavar en este pueblo, dedicado al célebre misterio de Rennes-le-Château, o Compendio de herejías, donde recorre algunas de las corrientes consideradas heréticas a lo largo de la historia del cristianismo, Fábrega combina erudición, ironía y una narración muy accesible. Su estilo se caracteriza por explicar temas complejos sin perder el rigor, pero con un tono cercano, a veces provocador, que invita al lector a hacerse preguntas y a desconfiar de las versiones fáciles o demasiado bonitas para ser verdad.
El estudio de la figura de Jesús y de los orígenes del cristianismo ocupa un lugar destacado en su obra. Libros como Pongamos que hablo de Jesús, ¿Morir por un mito? La verdadera historia de Jesús o Dios ha muerto. Historia de un dios asesinado abordan la vida de Jesús desde la perspectiva de la historia, la exégesis bíblica y la comparación de fuentes, alejándose de la imagen idealizada que transmiten los evangelios y la tradición religiosa.
En estos trabajos, Óscar Fábrega plantea cuestiones como la construcción del relato cristiano, el papel de los apócrifos, el contexto político y social de la época o la manera en que la Iglesia fue definiendo la ortodoxia y etiquetando como “herejía” otras interpretaciones posibles. Su intención no es atacar las creencias, sino mostrar cómo se han ido formando los mitos y cómo se entrelazan la fe, el poder y la narrativa histórica.
Más allá del ámbito estrictamente religioso, Fábrega ha dedicado varios libros a desmontar algunos de los grandes mitos modernos. En Eso no estaba en mi libro de historia de los cátaros se adentra en la historia real de este movimiento y en la forma en que ha sido reinterpretado por la literatura esotérica, las novelas de éxito y el imaginario popular. En otros trabajos, aborda las llamadas “leyendas virales”, conspiraciones, misterios históricos y teorías alternativas que circulan por internet y por ciertos círculos del misterio.
Su forma de trabajar consiste en tomar esas historias tan difundidas —templarios guardianes de secretos, sociedades secretas todopoderosas, reliquias con poderes, mensajes ocultos en obras de arte— y someterlas a una revisión detallada: de dónde salen, quién las difundió primero, qué fuentes se citan realmente y qué intereses puede haber detrás. El resultado son ensayos que, sin renunciar al atractivo del misterio, invitan al lector a pensar de manera más crítica.
Otra vertiente importante de su trabajo es la divulgación histórica. En La historia oculta de la conquista del Oeste, por ejemplo, Fábrega revisa el mito del western y de la expansión estadounidense, centrándose en el lado menos conocido de esa historia: el genocidio de los pueblos nativos, la manipulación del relato oficial y la manera en que se construyó una epopeya a partir de hechos mucho más oscuros. El libro ha sido finalista del Premio Internacional de Divulgación Histórica Juan Antonio Cebrián, lo que refuerza su reconocimiento dentro del ámbito de la divulgación rigurosa.
En este y otros trabajos históricos, el autor mantiene su sello personal: desmontar tópicos, dar voz a los olvidados y mostrar cómo los relatos oficiales a menudo dejan fuera las partes más incómodas. Su objetivo es que el lector descubra que la historia es mucho más compleja —y a menudo más inquietante— de lo que cuentan las versiones más simplificadas.
Además de su labor como escritor, Óscar Fábrega es un divulgador muy activo. Ha colaborado en programas de radio y podcasts dedicados al misterio, la historia y la divulgación cultural, y ha firmado artículos en distintos medios especializados y generalistas. También participa con frecuencia en conferencias, presentaciones de libros y encuentros sobre historia, religiones comparadas, simbolismo y mitos contemporáneos.
En redes sociales mantiene una presencia cercana y dinámica, donde comparte reflexiones, lecturas, noticias sobre sus proyectos y debates en torno a la actualidad del mundo del misterio y la divulgación. Todo ello ha contribuido a crear una comunidad de lectores que valoran su forma de abordar estos temas: con pasión, pero también con sentido crítico y voluntad de documentar cada afirmación.
El estilo de Óscar Fábrega se reconoce por su mezcla de rigor, ironía y claridad expositiva. Sus libros no se limitan a acumular datos: cuentan historias, presentan personajes, analizan documentos y tratan de situar al lector dentro del contexto en el que nacen los mitos y las creencias. Es, ante todo, un “desmitificador” que disfruta explorando los límites entre la fe, la historia y la imaginación, y mostrando cómo una misma historia puede ser leída de formas muy distintas según quién la cuente.
Gracias a su obra, muchos lectores se han acercado a temas como Rennes-le-Château, los cátaros, el Jesús histórico o la conquista del Oeste desde una perspectiva más crítica y menos acrítica con las versiones de moda. En ese sentido, su trabajo se ha convertido en un referente para quienes buscan libros de misterio, religión e historia que no renuncien al encanto de las grandes preguntas, pero que tampoco se conformen con respuestas fáciles.