Egrégores y pensamiento colectivo en la era digital
Hablar de egregores y pensamiento colectivo no es solo hablar de esoterismo: es hablar de cómo se forman las ideas que respiramos cada día, de cómo un grupo puede terminar pensando y reaccionando casi como si fuera una sola mente. En la conversación que mantenemos en Misterioso Universo en la Red con Begoña Beneito Luhema, autora de Egrégores. Los poderes ocultos del pensamiento colectivo, ponemos el foco precisamente en eso: en qué ocurre cuando miles de personas alimentan la misma idea, emoción o creencia… y cómo eso termina volviéndose algo más grande que cada individuo.
Vivimos en una época de hiperconectividad donde un mensaje, un meme o una indignación compartida pueden cruzar el planeta en segundos. En ese escenario, egregores y pensamiento colectivo dejan de ser conceptos abstractos para convertirse en herramientas muy útiles para entender por qué determinados movimientos, fanatismos, modas o pánicos morales se propagan como un incendio.
Si te apasionan estos temas, en Misterioso Universo en la Red los abordamos a menudo dentro de nuestra categoría de Misterios y Enigmas, donde exploramos cómo lo invisible se filtra en la vida cotidiana.
Qué es un egregor y cómo se relaciona con el pensamiento colectivo
El término “egregor” suele describirse como una especie de entidad psíquica colectiva: algo que surge cuando muchas personas comparten la misma idea, intención o emoción y la alimentan con su atención de forma continuada. No hace falta imaginar monstruos astrales para entenderlo; basta pensar en:
- Un movimiento político que parece tener vida propia.
- Una comunidad espiritual que organiza la vida de sus miembros.
- Una marca o fandom que despierta lealtades casi inquebrantables.
Ahí es donde egregores y pensamiento colectivo se tocan. No hablamos solo de opiniones compartidas, sino de un campo de creencias, emociones y símbolos que se refuerzan entre sí. Cuanto más se piensa, se siente y se actúa en esa dirección, más sólido se vuelve el egregor y más fácil es que influya en las decisiones de quienes lo alimentan.
Si quieres una introducción más técnica y detallada sobre el origen y la naturaleza de los egregores, te puede resultar muy útil este artículo en Medium, donde se profundiza en su desarrollo dentro de la tradición esotérica.
En nuestra entrevista con Begoña Beneito, abordamos precisamente esta idea: cómo, sin darnos cuenta, podemos estar sosteniendo egregores desde hace años a través de rituales cotidianos, lealtades emocionales o simples hábitos de consumo de información.
Egrégores y pensamiento colectivo en la era de la hiperconectividad
La parte más inquietante de todo esto es lo que ocurre cuando llevamos egregores y pensamiento colectivo al terreno de internet y las redes sociales. Antes, un egregor podía tardar décadas en formarse alrededor de una tradición, una religión o un movimiento. Hoy, un hashtag, una teoría conspirativa o un personaje pueden transformarse en algo masivo en cuestión de días.
Algunos ejemplos que ayudan a entenderlo:
- Comunidades online que empiezan siendo pequeños foros y acaban convirtiéndose en auténticas “tribus digitales”.
- Movimientos virales que, en cuestión de horas, están en titulares, debates televisivos y conversaciones familiares.
- Creepypastas y leyendas urbanas que nacen como ficción… y acaban generando auténtico miedo o incluso comportamientos extremos.
Un caso clásico es el de Slender Man, aquel personaje ficticio que saltó de un foro a todo un universo de historias, vídeos y testimonios. Más allá del detalle concreto, lo interesante es el patrón: miles de personas imaginando, temiendo y hablando de lo mismo, hasta que el egregor parece independizarse de su origen y actuar por su cuenta en el imaginario colectivo.
En este contexto, la hiperconectividad actúa como un acelerador de egregores y pensamiento colectivo: lo que antes tardaba años en tomar forma, hoy puede consolidarse en semanas, con un alcance global que multiplica su impacto.
Egrégores, cultura y grandes movimientos históricos
Aunque internet ha disparado la velocidad, egregores y pensamiento colectivo llevan acompañándonos toda la historia. Religiones, ideologías, banderas, revoluciones… muchos de los grandes movimientos que han cambiado el rumbo de la humanidad pueden entenderse también como egregores alimentados por generaciones.
Algunas ideas clave:
- Un símbolo, una frase o una imagen pueden convertirse en el “rostro” de un egregor: una bandera, un eslogan, un logotipo.
- Las grandes revoluciones se sostienen sobre mitos compartidos, esperanzas comunes y emociones intensas que conectan a personas muy distintas entre sí.
- También los momentos más oscuros —regímenes totalitarios, cazas de brujas, campañas de odio— pueden verse como egregores alimentados por el miedo, la rabia o la necesidad de encontrar un enemigo.
En ese sentido, la historia está llena de ejemplos de cómo el pensamiento colectivo da forma a estas entidades simbólicas que, con el tiempo, acaban condicionando leyes, decisiones e incluso guerras. Entender egregores y pensamiento colectivo es una forma de mirar el pasado con otros ojos… y de tomar conciencia de qué estamos alimentando hoy.
Si quieres una mirada complementaria sobre la relación entre mente colectiva, política y espiritualidad, te puede interesar también
este análisis publicado en Pressenza, donde se profundiza en el impacto de los egregores en la vida social.
Egrégores, fenómenos paranormales y mente colectiva
Otro punto interesante que abordamos en la conversación es la frontera entre egregores, pensamiento colectivo y fenómenos paranormales. No se trata de dar respuestas definitivas, sino de plantear preguntas incómodas.
Uno de los casos más citados es el llamado experimento de Philip, realizado en los años 70 por un grupo de investigadores en Canadá. El grupo creó la biografía ficticia de un “fantasma” y se reunió durante meses para concentrarse en él, hablarle y tratar de contactar. Con el tiempo, empezaron a registrarse fenómenos extraños en la mesa de sesiones: golpes, movimientos, respuestas a preguntas sencillas…
Más allá de la interpretación que se le dé, este tipo de casos plantean una pregunta muy sugerente: ¿hasta qué punto la mente colectiva puede proyectar algo que parezca tener vida y voluntad propias?
En muchas culturas también encontramos objetos, símbolos y figuras a las que se atribuye poder por haber sido “cargados” con la devoción de generaciones: amuletos, imágenes sagradas, talismanes familiares… Desde la perspectiva de los egregores, podrían verse como receptáculos físicos de una energía colectiva que se ha ido acumulando con el tiempo.
¿Se pueden disolver los egregores?
La buena noticia es que, igual que se crean, los egregores pueden debilitarse y llegar a disolverse. Si un egregor se alimenta de atención, emoción y acción, dejar de aportarle esa energía es el primer paso para que pierda fuerza.
Aplicado a la vida cotidiana, la pregunta sería:
- ¿A qué ideas dedico mi tiempo, mis conversaciones, mis emociones?
- ¿Qué egregores estoy sosteniendo sin darme cuenta?
- ¿Cuáles ya no representan lo que soy y, sin embargo, siguen “viviendo” a través de mí?
Desde un punto de vista psicológico, trabajar con egregores y pensamiento colectivo implica revisar creencias heredadas, patrones de respuesta automáticos y lealtades invisibles. Cambiar la forma en la que pensamos y sentimos sobre un tema es una forma directa de dejar de alimentar cierto egregor y, al mismo tiempo, de participar en la creación de otros más sanos.
El libro que acompaña a la entrevista: Egrégores. Los poderes ocultos del pensamiento colectivo
Esta entrevista con Begoña Beneito Luhema gira en torno a las ideas que desarrolla en su libro Egrégores. Los poderes ocultos del pensamiento colectivo. En Misterioso Universo en la Red hemos preparado una página específica donde comentamos la obra con más detalle, para quien quiera ir más allá del audio y profundizar en la lectura.
Si te interesa ampliar lo que se comenta en la entrevista y conocer nuestra opinión sobre el libro, puedes visitar la ficha completa aquí:
Reseña y ficha del libro Egrégores. Los poderes ocultos del pensamiento colectivo
Egregores y pensamiento colectivo: una reflexión necesaria
Al final, hablar de egregores y pensamiento colectivo es hablar de responsabilidad. Cada vez que compartimos una idea, nos sumamos a una corriente emocional o defendemos una causa con pasión, estamos poniendo un ladrillo más en una construcción colectiva que nos trasciende.
En un mundo hiperconectado:
- Un solo clic puede reforzar un egregor de odio o de fanatismo.
- Una reflexión honesta, un acto de empatía o una búsqueda sincera también pueden alimentar egregores de comprensión, creatividad o compasión.
Tomar conciencia de ello no es volverse paranoico, sino ganar lucidez. Como se desprende de la entrevista, la clave no está en demonizar los egregores, sino en aprender a verlos, reconocerlos y decidir con qué queremos colaborar.
Para acompañar esta reflexión, en Misterioso Universo en la Red hemos preparado también una selección musical pensada para escuchar a oscuras: temas de misterio y terror que encajan muy bien con la atmósfera de los egregores, las sombras de la mente y el pensamiento colectivo llevado al límite. Si te apetece sumergirte todavía más en este universo, puedes ponerla de fondo mientras escuchas la entrevista. Playlist de música de misterio y terror en Spotify
Quizá la gran pregunta que nos deja esta conversación es simple pero profunda:
Si cada pensamiento, cada emoción compartida y cada gesto de apoyo alimenta un egregor, ¿qué tipo de mente colectiva queremos construir entre todos?
